Sonó el timbre y en la ventana vimos una sombra ¿Quien será? Ya estában nerviosos y alguno también un poquito asustado porque lo habían visto en la puerta... era ¡¡el paje!!, ha venido a recoger nuestras cartas.
Cuando ha entrado en el aula le hemos cantado un villancico con la pandereta.
Entre risas de emoción y alguna lagrima de susto le hemos dicho que se sentara. Uno a uno hemos ido pasando por sus rodillas saludándole y entregado la carta.
La fiesta llegaba a su fin y el paje se tenía que ir a recoger las cartas de otro niños, le hemos despedido con un adiós y hasta el año que viene.
Ha sido una mañana llena de ilusión y emociones.