Materiales:
- Agua.
- Jarra.
- Colorante alimentario.
- Miel.
- Aceite.
- Tapón de botella.
- Anillo.
- Esponja.
Procedimiento:
En primer lugar cogemos un recipiente trasparente y con ayuda de una jarra llenamos 1/3 del vaso. Echamos colorante en el agua y removemos para obtener el color deseado. A continuación añadimos miel al recipiente y dejamos reposar unos segundos, continuamos con el aceite y volvemos a dejar reposar las sustancias. Una vez que tenemos lista la base del experimento pasamos a comprobar el peso de los objetos:
Al tirar un anillo: se hunde hasta el fondo.
Al tirar el tapón de una botella: se queda sobre el aceite, entre los líquidos.
Al tirar la esponja: flota en la superficie.
Objetivos:
- S: Descubrir la densidad de los líquidos.
- T: Construir la base del experimento.
- E: Utilizar nuevos utensilios.
- A: Practicar con los colores.
- M: Diferenciar el peso de los objetos. Medir magnitudes.
Materiales:
- Recipiente de cristal.
- Rotulador o cualquier objeto alargado similar.
- Aceite.
- Jarra.
- Agua.
- Alcohol.
Procedimiento:
Cogemos un recipiente de cristal y con ayuda de una jarra echamos un poco de agua. Después añadimos el aceite y por último ponemos el alcohol. Dejamos que pasen unos segundos para que los tres líquidos se posen en el interior del vaso y pasamos a comprobar el resultado del experimento. Introducimos un rotulador en el vaso y al moverlo en el interior vemos que parece que se rompe en trozos al atravesar los tres líquidos. Es un efecto óptico que resulta engañoso ya que al sacar el rotulador vemos que no está partido, sigue estando entero. ¡Ha sido genial!.
Objetivos:
- S: Conocer los efectos ópticos de la luz sobre los objetos y los líquidos.
- T: Utilizar las sustancias como utensilios principales.
- E: Respetar las fases del experimento.
- A: Descubrir nuevas texturas.
- M: Medir cantidades.
¡Ha quedado genial!.